Todas las tardes unos pequeños hombrecillos, sombrero en mano, salen de no sé dónde y se paran sobre una piedra para bailar. El más pequeño de todos, haciendo unos raros movimientos, toca un inmenso tambor mientras todos los duendes bailaban a su alrededor. Insólito espectáculo que desafortunadamente disfruto sólo en punto de las seis. ...Sebastian Carvajal

¡Una sorpresa!

viernes, agosto 10

¡Por fin se fueron los últimos! Aunque estoy super cansado, la fiesta estuvo padrísima. Nunca se me hubiera ocurrido que mamá, el Gordo y Hugo se hubieran puesto de acuerdo para organzarme una fiesta sorpresa hoy en la casa. Por mi parte me bastaba lo de ayer. En mi casa siempre solemos tener cuando alguien cumple años una sencilla cena familiar donde el festejado selecciona el menú, no poca cosa pues mamá -no es por presumir- cocina riquísimo. Yo pedí Chiles en nogada (no es una comida típica, lo sé, pero gacias a mamá los Carvajal tenemos una cultura culinaria distinta al promedio regio) y de postre pastel de tres leches... mmm... muy rico.



El punto es que hoy quedamos todos de ir a una fiesta de XV años al Casino Monterrey porque Andrés había prometido conseguir invitaciones para todos a través de su hermana. Hugo quedó de pasar por mí. Me tardé muchísimo combinando la corbata y la camisa, nunca me satisface el nudo que hago. Mamá me veía y se reía mucho y hasta ahora sé por qué lo hacía, pues tal XV no existía.




Hugo pasó justo a las 8:30 p.m. como quedamos y después fuimos a casa de Andrés. Estaba en la regadera. Estuvimos esperando 20 minutos hasta que por fin salió. No lo podía creer, no había conseguido las invitaciones, estaba furioso, en verdad furioso. ¿por qué no había avisado? ¿y qué plan ibamos a hacer?



- Tranquilo Sebastian, mira vamos a tu casa a recoger al Gordo Valles y luego pensamos qué hacer, seguro que si nos paramos en la puerta nos dejan entrar.

- ¿A mi casa? ¿Qué hace el Gordo ahí? Además no nos van a dejar entrar, acuerdate lo que paso hace dos meses.

- Si el torpe del Gordo supo que Hugo te iba a recoger y se fue a tu casa, pero al parecer llegó tarde.

Claro está que estaba furioso, no me gustaba nada el plan. Yo quería ir al XV, tenía la esperanza de ver ahí a la "niña ojos verdes". Ya se que ni al caso, no hay razón para que recién llegada de otra ciudad vaya a un XV el primer fin de semana. Sin embargo, la esperanza nunca muere. Pero bueno, fuimos a mi casa.

Llegué regañando al Gordo, que platicaba con mamá, por no avisar que venía para acá. No me ponía atención, algo raro estaba sucediendo. Oí una risas y la luz de la terraza se prendió. Todo mundo estaba ahí: Manuel y Carlos, Anilú y Susy, Toño y Rosario, Tere, Alexia, José Pablo, Zambrano, Diego y Karen, hasta el Pepo andaba ahí. Serían en total unos veinticinco.

Nunca me habían hecho una fiesta sorpresa. Me dio mucho gusto, todo mundo estaba ahí y no me lo esperaba en absoluto. Papá y Carlos mi hermano estuvieron toda la noche atendiendo el asador. Mamá siempre tenía un par distinto de mis amigas vueltas locasalrededor de ella, se ve que les cayó muy bien. Yo me la pasé padrísimo, en verdad estoy feliz.

Al final sólo se quedaron Hugo, Toño y Rosario, Anilú, Susy, el Gordo y yo. Platicamos muy sabroso hasta tarde y terminamos el Gordo y yo cantando y tocando guitarra.

Estoy muerto, ya son las 2 a.m., pero no quería dejar de escribir hoy.
Nota: La morenaza no fue a clases hoy. ¿Por qué? Lo desconozco, pero no me ha caido en gracia. Si estuve de malas al principio del día fue por eso. Ya me olvidé, ya veremos el lunes.

1 comentario:

JJ dijo...

que bueno que publicaste llevabas un mes sin publicar, ya nadie checa tu blogg... bueno pos ya me voy, que te la pases bien el fin.